miércoles, 9 de junio de 2010

¿ES UNA UTOPÍA?

¿ES UNA UTOPÍA?

Fui criada con principios morales comunes, tiempo en que los padres, profesores, abuelos, tíos y vecinos eran autoridades dignas de respeto y consideración. Cuanto más próximos o más viejos, más afecto. Era inimaginable responder de manera maleducada a los ancianos, ni a maestros o autoridades.

Confiábamos en los adultos porque todos eran padres o familiares de todos los chicos de la cuadra, del barrio, de la ciudad. Apenas teníamos miedo de lo oscuro, de los sapos y de las películas de terror. Hoy siento tristeza por lo que hemos perdido. Por todo lo que mis nietos un día temerán. Por el miedo en la mirada de los niños.

Hay derechos humanos para criminales y poca consideración para ciudadanos honestos. Ahora pagar las deudas es ser tonto. Hay amnistía para los estafadores y no tomar venganza es ser necio.

¿Qué pasó con nosotros?

Profesores maltratados en las aulas, comerciantes amenazados por traficantes, rejas en nuestras ventanas y puertas. ¿Qué valores son éstos?

Hay autos que valen más que los abrazos, hijos queriendo regalos por pasar de curso y celulares en las mochilas de los recién salidos de los pañales.

¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo? Más vale una pantalla gigante que una conversación. Más vale un maquillaje que un helado. Más vale parecer que ser.

¿Cuándo fue que todo desapareció o se hizo ridículo?

Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores. Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano. Quiero la honestidad como motivo de orgullo. Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos. Quiero la vergüenza y la solidaridad. Quiero la esperanza, la alegría, la confianza y la fe. Quiero callarle la boca a quien dice: “a nivel de”, al hablar de una persona. ¡Y que viva el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como el cielo azul, leve como la brisa de la mañana¡

¡Abajo el “tener”, viva el “ser”!

Es urgente recuperar el amor, la caridad, la solidaridad y la indignación delante de la falta de ética, de moral y de respeto. Debemos volver a ser “gente”, construir un mundo donde las personas respeten a las personas. ¿Es esto utopía? ¿No? ¿Sí? ¿Quién sabe? Hagamos el intento. Empecemos comentando este tema.

(de “Chocolate Caliente” – Revista “Para Ellas” – Diario “El Deber” – miércoles 20/06/07)

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